Pedro Simón: “El cubismo es la gran revolución de la historia del arte”
Por Clara Guzmán
No es fácil hacerle una entrevista a Pedro Simón. No para quieto. Está pendiente de las fotos que están haciendo de su obra, de enseñarme sus recuerdos, de encender su pipa, de los gatos… Y aún así su conversación es fluida, amena y diversa. Estamos en su casa, en el campo. Una especie de buhardilla a pie de calle, con un estudio contiguo, donde dice que pinta de tres a cuatro horas al día. “Es una casa pequeña, lo que necesito en el tramo de la vejez”. La vejez aflora también cada dos por tres en la charla con este consagrado pintor, que descolló en los años ochenta y se convirtió en un artista de renombre internacional.
Un artista asalariado
“En 1980 gané la beca de Juana de Aizpuru, apoyado por José Guerrero. Recuerdo que mi padre había muerto un mes antes y pensé que era un regalo que me mandaba desde el cielo. Ahí comenzó mi andadura en el ambiente de la pintura. Triunfé enseguida. Entonces era un asalariado de Juana de Aizpuru. En 1981 me pagaba 40.000 pesetas, que cuatro años más tarde se convirtieron en 200.000. Con 35 años vivía a todo lujo, aunque era y soy muy prolífico. En aquella época pintaba de 12 a 13 horas”.
El consagrado artista inaugurará el 3 de marzo, en la galería Espacio EXZéntrico, la exposición “Sin aceptar el juego”
Dice que ahora “nada me importa nada. Los años son sabiduría, es volver a ser inocente. Me emocionan la ternura de un niño, de una amante, de un vecino; me interesa la verdad del alma”.
Me he fijado que en una de las estanterías y en un lugar destacado hay un rosario. “Era de mi madre y me lo quedé. Soy muy creyente, aunque todas las religiones son la misma. Me interesa la verdad de la religión más que su liturgia. Me paso muchas horas solo en mi casa, sin hablar con nadie, pero siempre estoy acompañado de Dios. Soy una persona muy espiritual y como contrapartida muy carnal, pero si tuviera que elegir me quedaría con lo espiritual”.
Cree que la pandemia nos ha vuelto mezquinos, egoístas, sin valorar al vecino y temiéndole. Entonces saca a colación uno de sus temas preferidos, su origen judío al llevar por apellido Simón, un nombre propio hebraico. “El judío siempre temió al otro. Mis antepasados eran judíos asturianos, los canteros de las calzadas romanas, que eran muy buenos trabajando la piedra”.
La Máquina Española
A Pedro Simón se le nota que está muy orgulloso de haber sido socio fundador, con otros pintores, de la galería de arte La Máquina Española, junto al galerista Pepe Cobo y al profesor y escritor Diego Romero de Solís. El nombre de La Máquina Española estaba sacado de un poema satírico de Quevedo. Era el año 1984 y fue un referente en la gestión cultural de estos espacios en Sevilla. “La Máquina Española fue sólo un granito de arena en el panorama artístico. La verdadera revolución la hicimos los pintores que nos fuimos con galeristas extranjeros. En la actualidad y aunque está empezando, Espacio EXZéntrico ha generado muchas expectativas. Su directora, Inma Puchal, ha acercado el arte a la gente, sobre todo en un barrio, Los Remedios, donde antes nadie compraba nada. A mí me ha resucitado, ha creído en mí”.
“Espacio EXZéntrico es una galería nueva, pero su directora, Inma Puchal, ha sabido acercar el arte a la gente”
Sin aceptar el juego
La muestra, que se inaugurará el jueves 3 de marzo, exhibirá una veintena de obras de su última producción, el humo de la pipa, donde también se incluirán esculturas con el mismo concepto, pero espaciales. “Es lo que voy a pintar el resto de mi vida, porque es con lo que me identifico. El humo es la representación absoluta de la libertad absoluta, si existiera. El humo no es atrapable, puedo estar en una cárcel y ser libre. Sin embargo, hay gente en la calle que carece de libertad por la cantidad de prejuicios que tiene y la maldad de su alma. La exposición la he titulado “Sin aceptar el juego”, un título en consonancia con mi forma de ser.
“Llevo veinte años vetado por la Sevilla oficial, pero por mi obra siempre se ha interesado todo tipo de público”
Soy independiente, ningún galerista debe decirle a un pintor lo que tiene que hacer. Mi obra es una carga de ideología, con ella quiero narrar mi parte intelectual. Es también sensual e irónica, porque mientras tengas sentido del humor estás vivo. Además, el arte es siempre futuro y así estamos escribiendo el libro de los gustos”. Le pregunto si hay arte en las nuevas tecnologías y es rápido en contestar: “las nuevas tecnologías nunca pueden ser arte, pero pueden estar en función del arte”.
La muestra exhibirá una veintena de obras en torno al humo de la pipa, su última producción
Dice que un artista no es ácrata ni iconoclasta. “Es un revolucionario en avanzar, en su intelecto”.
“Cuando en el año 1982 pasé a ser pintor internacional no me lo perdonó nadie. Ni los clientes ni los comisarios de exposiciones ni los galeristas. Llevo veinte años vetado por la Sevilla oficial, pero por mi obra siempre se ha interesado todo tipo de público”.
El cubismo
“Soy un enamorado de toda la pintura, pero fundamentalmente del impresionismo y del cubismo. El expresionismo americano surge de las pinceladas abstractas con las que Monet analiza el paisaje de su finca en su última etapa como pintor. Descubro al Monet abstracto, del que apenas se hace publicidad, después de pasar por Millares, Tàpies, Picasso y Cy Twombly, que son mis maestros, aunque yo tengo mi impronta, mi estilo y lucho por mantenerlo. De todas formas, el cubismo me parece la gran revolución de la historia del arte”.
“Mi obra es sensual e irónica, porque mientras tengas sentido del humor estás vivo”
“El arte evoluciona e involuciona y ahora mismo está empezando a crecer el germen de la involución por cansancio, por falta de credibilidad. El arte contemporáneo fue auténtico y los sofistas se empeñaron en destruir la verdad. Ha pasado siempre y ahora es más evidente. Es lo que ocurre en los museos españoles. Están entregados al capital, a la política de intereses. Cuando llega un nuevo partido al poder nunca mete mano en la cultura, porque tendría que matar a gatos viejos”.
La moda
Damos un giro a la conversación para hablar de Victorio & Lucchino, los diseñadores andaluces, cuya trayectoria vital y profesional ha narrado recientemente en un libro la periodista y doctora en historia del arte, Clara Zamora. En esta obra aparece Pedro Simón. “Fui su pintor de cabecera, coleccionaron mi obra y fueron mis promotores artísticos en los ochenta y noventa del siglo pasado. La moda también pertenece a la historia del arte, a la historia de los gustos de la humanidad, pero es un arte menor”.
“El artista no es ácrata ni iconoclasta, es revolucionario en avanzar, en su intelecto”
Empezamos a recoger para volver a Sevilla desde Carmona, donde Pedro Simón, nacido en Madrid, pero criado artísticamente en la ciudad de la Giralda, vive en plena naturaleza. “Con mi obra quiero seducir y fascinar a todos, porque es mi verdad y yo la regalo”. A mí me ha regalado su tiempo, pero he tenido que compartirlo con su afán perfeccionista de no dejar ningún cabo suelto.
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Una respuesta
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